Marcas con historia: Aston Martin (Parte I)

martes, 27 de agosto de 2013



Pasado y presente de Aston Martin juntos en los cuarteles de la marca en Gaydon, Inglaterra.
Asociada a lo deportivo, al color verde inglés de sus productos, pero por sobre todas las cosas al espía más cool de la historia del cine. Aston Martin cumple 100 años uniendo lo más refinado del gusto inglés por los automóviles deportivos y lo combina con el pedigrí obtenido en diversas competencias a nivel global.

El 15 de enero de 1913, en Inglaterra, dos hombres de negocios llamados Lionel Martin y Robert Bamford darían el puntapié para el nacimiento de una empresa que 100 años después representaría uno de los nombres más respetados, lujosos, y reconocidos de la historia automotriz de la isla: Aston Martin.

Cambios de dueños constantes, dos guerras interrumpiendo su avance, problemas financieros reincidentes, y errores comerciales, todos superados un centenar de años más tarde, por lo que denomina la marca como su lema: “power, beauty, soul” (poder, belleza, alma, en inglés).


Los inicios comerciales se dieron bajo el nombre Bamford & Martin, es decir, los apellidos de sus fundadores. Posteriormente pasó a llamarse como la conocemos en homenaje a las victorias que obtuvo Lionel Martin en las carreras de trepada en Aston Clinton, en Buckinghamshire.

En sus primeros años de vida, la compañía se encargaba de vender vehículos de la ya extinta marca Singer. Dos años después del nacimiento, en 1915, Martin y Bamford intentaron comenzar una pequeña producción de modelos propios bajo la marca Aston Martin. Sin embargo, la primera guerra mundial coartó esa oportunidad, ya que ambos empresarios se unieron al ejército inglés.


Terminada la etapa bélica, retoman la idea de la marca propia, pero en 1920, Bamford abandona la empresa y Martin queda solo; aunque con la ayuda económica para mantenerse en pie que le proporciona el conde Louis Zborowski, un ingeniero y corredor de carreras profesional.

Con dicho empuje monetario, la marca, aún llamada Bamford & Martin, empieza a hacerse un espacio en la industria automotriz inglesa. En particular desde lo deportivo, ya que en 1922 fabrica vehículos tanto para competir en el Gran Premio de Francia como para marcar récords de velocidad en el circuito inglés de Brooklands.


Después de comercializar unas 55 unidades, en 1924 la compañía entra en quiebra, y de ahí en más, comenzaría un periplo de cambios de dueño constante hasta el último en el año 2007. Tras el alejamiento de Martin en 1926, un grupo de tres inversionistas ingleses (Bill Renwick, Augustus Bertelli y Lady Charnwood) compró la marca y la rebautizó Aston Martin Motors.

Luego de otra serie de altibajos, en 1936, Aston Martin decidió concentrarse en la producción de automóviles de calle, habiendo conseguido fabricar unas 700 unidades antes de la segunda guerra mundial. Con el comienzo de la guerra, la empresa, al igual que muchas del rubro, se dedica a la fabricación de componentes aeronáuticos, y su producción de automóviles se detiene.

Llamado a escena 


Dos años más tarde del final de la guerra, es decir, en 1947, la empresa de tractores David Brown Limited adquiere Aston Martin, y también la marca de lujo inglesa Lagonda. Esta etapa de la vida de la compañía es esencial para los años venideros, ya que bajo la dirección de sir David Brown se daría el inicio de los famosos modelos DB, en homenaje a sus iniciales, obviamente.

En 1950 se presenta el DB2. Este primer modelo y sus siguientes generaciones marcan un antes y un después y definen el estilo Aston Martin que conocemos hasta hoy, con la clásica parrilla frontal y los guardabarros traseros anchos como los hombros de un leñador.


El primer modelo realmente icónico de Aston Martin, el DB5, nace en 1963. Este es posiblemente el representante más fiel a la imagen de la marca, ya que está fuertemente asociado al agente 007, siendo su vehículo de uso personal en la película Goldfinger de 1964, con Sean Connery como el encargado de representar al espía del escritor Ian Fleming.

Pero lejos de la atención que generaban los reflectores y las marquesinas de los cines, Aston Martin no se olvidaba de vender deportivos para el playboy de la vida real, y es por eso que en 1965 y 1967, presenta dos nuevos modelos, los DB6 y DBS, respectivamente.


Lo que parecía ser un éxito, dada la gran cantidad de nuevos productos lanzados en tan poco tiempo, en la década de 1970 mostraría la hilacha en la realidad comercial de la empresa. En el año 1972 pasa a manos del consorcio Company Developments, un negocio que solo prosperaría tres años hasta declararse en quiebra otra vez.

En 1975, Aston Martin es vendida a los empresarios estadounidenses Peter Sprague y George Minden por un millón de libras. Se incorporan 360 empleados a la plantilla de operarios, se modernizan las líneas de montaje. Pero la empresa seguiría fracasando en sus lanzamientos: el sedán Lagonda, el V8 Vantage y su variante cabriolet denominada Volante fueron intentos desesperados de reflotar una marca que nuevamente se dirigía directo a la bancarrota, y posteriormente un cambio de propietarios.

En la segunda parte de la nota, conoceremos el resurgir de la compañía en los años ochenta, y posterior asociación con el Grupo Ford.

Texto originalmente publicado en la edición 2013 de la revista Automóviles de El Observador.
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