Marcas con historia: Aston Martin (Parte II)

lunes, 2 de septiembre de 2013



El mítico DB5 de James Bond escapando de los tiros en la película "Thunderball".

Conocida la primera parte de los primeros cien años de la marca inglesa de la localidad de Gaydon, hoy tendremos el segundo envío de la historia de Aston Martin, desde los años 80, pasando por la compra del grupo Ford hasta nuestros días. Cerramos este primer episodio de "Marcas con historia", tras el salto.

Agitado, no abatido

En 1980, el empresario petroquímico Victor Gauntlett, tomó las riendas de Aston Martin, comprando el 12% de las acciones de la compañía, junto a otros inversores, por medio millón de libras. Dos años más tarde, le es concedida a la empresa una autorización real otorgada por el Príncipe de Gales, para hacer de la marca, proveedor de la familia real británica.

Sin embargo, para el desarrollo de nuevos productos iba a ser necesario mucho más que dinero de la industria petrolera y documentos firmados por los familiares de la reina; y esto inquietaba al directorio de la marca que tomó dos decisiones determinantes.


La primera, asociarse con la empresa de diseño italiana Zagato para desarrollar nuevas carrocerías (entre ellas el Volante Zagato). La segunda tenía el fin de reflotar la imagen de la marca y fue recurrir, por segunda vez, al mejor vendedor de Aston Martin de la historia: James Bond.

El efímero agente 007 del actor británico Timothy Dalton fue el encargado de conducir un V8 Vantage en la película Su nombre es peligro (1987). Pero el negocio no fue solo ese. El presidente de la compañía Gauntlett le vendió un Aston Martin al productor de la franquicia Albert R. Broccoli, y además formó parte del filme como un coronel de la KGB. Como se ve, los famosos “canjes” del espectáculo también aparecen en las más altas esferas del mundo del automóvil.

Pero, una vez más, la película de Aston Martin no tendría un final feliz. Los ingresos seguían siendo demasiado bajos para mantener la maquinaria funcionando, así que se sale en busca de inversionistas que le inyectaran dinero a la empresa, como si fuera un analgésico para el fracaso comercial. En setiembre de ese año, Ford Motor Company toma las riendas de Aston Martin parcialmente, tras reuniones entre Gauntlett y el vicepresidente de la marca del óvalo azul, Walter Hayes.


1989 sería el año para ver un nuevo modelo de la empresa salir de las líneas de montaje. El nuevo Aston Martin Volante sería el encargado de llevar ese logro en sus espaldas, además de ser el primer modelo en ser desarrollado bajo la tutela de Ford, ya que dos años más tarde, Gauntlett abandonó la presidencia de la marca, dejándole su cargo a Hayes. Ese año también significó el nacimiento del nuevo Vantage, la cupé con techo rígido del cabriolet Volante. Estos nuevos aires provenientes de Detroit, de la mano de Ford, también representaron el regreso de la sigla DB a la familia Aston Martin, tras 27 años.

En 1994, nació el DB7, producido en la nueva planta Banbury Road, en Bloxham, que se sumaba a las líneas de producción de Oxfordshire. Este modelo era el nuevo “entrada de gama” de la marca, y lo fue hasta el año 2004, cuando se retiró del mercado. El DB7 significó también la actualización total de la forma de producción, pasando de un proceso cuasi artesanal, a una línea de montaje moderna, haciendo que las cifras de producción del DB7 se convirtieran en las más prolíficas de la historia de la marca hasta esa fecha, con 7.000 unidades fabricadas.


En 2001 surgiría el nuevo tope de gama de Aston Martin, llamado Vanquish, o “vencedor”, si lo traducimos al español. Este modelo llevaba un impulsor V12 de 450 cv de potencia, y fue, tras varios años fuera de la escena cinematográfica, el vehículo indicado para retomar el “matrimonio” entre la marca y James Bond, en la película Otro día para morir de 2002 y con Pierce Brosnan.

En 2003 se abrió una nueva planta, en la localidad de Gaydon, para darle un lugar de nacimiento al reemplazo del exitoso DB7. Un año más tarde nacía ese modelo, el DB9, tanto en variantes cupé como Volante, es decir, cabriolet. En 2005 hacía su debut el Vantage V8, que significaría el retorno de las mecánicas ocho cilindros en “V” para la marca.


Clase británica 

De todas formas, pese a que el destino comercial le venía dando buenos resultados, Aston Martin pasó nuevamente al ojo de la tormenta, ya que en 2006, el conglomerado Premium del Grupo Ford, denominado Premier Automotive Group (Land Rover, Jaguar, Volvo y Aston Martin) se vio involucrado en una auditoría interna, que sugería deshacerse de estas cuatro marcas para evitar la crisis de la compañía estadounidense.

Es así que Land Rover y Jaguar fueron a parar a manos del grupo indio Tata; Volvo hace apenas unos años atrás a la china Geely; mientras que en 2007, Aston Martin fue adquirida por David Richards, presidente de Prodrive que formaba parte de un consorcio financiero, y se quedó con la empresa británica por un valor en libras equivalente a 848 millones de dólares, aunque Ford mantenía una porción de las acciones valuadas en 40 millones de libras.


Prodrive es una empresa inglesa que fue la responsable de la preparación deportiva del equipo Aston Martin en Le Mans en 2005, pero es aún más famosa, por haber sido el mago detrás de los campeonatos mundiales de rally del mítico Collin McRae con Subaru en la década de 1990, y luego del piloto noruego Petter Solberg en la década de 2000. En 2008, Aston Martin firmó un acuerdo con la metalúrgica austríaca Magna Steyer.

Dos años más tarde, esta unión daría como fruto al Rapide, el nuevo sedán de cuatro puertas de la marca británica. En 2009, la compañía lanzó su primer vehículo de producción limitada a menos de 100 unidades, el One-77. Un modelo que se fabricó entre ese año y 2012, con 77 unidades y a un precio de mercado cercano al millón y medio de libras.


En 2011 surgiría un nuevo gran turismo, el Virage, que dada su baja popularidad, dejó de producirse en 2012. Y mientras éste modelo se retiraba, uno nuevo hacía su debut, en este caso, con el resurgir del nombre Vanquish, en la segunda generación del modelo, y nuevo vehículo insignia de la casa británica. Lleva bajo su largo capot, un impulsor V12 6.0 litros de 563 cv de potencia.

Pese a sus raíces británicas, la empresa hoy tiene un enfoque netamente global, exportando el 75% de su producción anual, hacia 146 distribuidores en 41 países. Uruguay justamente no es uno de ellos, pero eso no nos priva de admirar desde lejos, marcas con el legado deportivo, automotriz y, porqué no, cinematográfico de una marca como Martin, Aston Martin.

Su nombre es Martin, Aston Martin.

Texto originalmente publicado en la edición 2013 de la revista Automóviles de El Observador.
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