La Ferrari 250 GTO según el ojo de Petrolicious. |
Usar una hipérbole para describir a la Ferrari 250 GTO es innecesaria. El auto habla por sí solo. Es una de las últimas (más precisamente, uno de los 36 que quedan en el planeta) GTO jamás fabricadas. En este caso es el chasis N°5571, y fue la primera de la Serie II, allá por el año 1964.
Está equipada con un 3.0 litros V12 que produce unos 300 caballos de potencia, y en su historial aparecen títulos en los 2.000 km de la Daytona Continental, las 12 Horas de Sebring (donde fue su debut), o la Nassau TT.
Su dueño, el señor Derek Hill, quien ganó el campeonato de la Ferrari Challenge International en 1995 y Formula Dodge West Coast en 1996, y además corrió en Le Mans con un Bugatti EB110, no es una persona más para la historia del automovilismo deportivo mundial.
Él tiene un lazo especial con el GTO porque perteneció a su padre, el campeón de Fórmula 1 1961 Phil Hill, que a su vez, fue el primer norteamericano en conseguir dicho título.
Al preguntarle a Hill junior qué tal es conducir el auto de su padre, le dice a nuestros colegas de Petrolicious, "bueno, es difícil de describir qué tan increíble es manejar este auto a altas velocidades. Es decir, es como una especie de éxtasis".
Si verla es la mitad de genial que conducirla, no quiero saber a donde exprimiría mis sentidos al ponerle las manos encima a una GTO. Por eso, los que no podemos, nos conformaremos con este brillante video. Pongan play y disfruten.
Video: The Ferrari 250 GTO Speaks for Itself
Fuente | Petrolicious