Famoso en la gran pantalla, el DMC-12 tuvo una historia breve y turbia. |
El DeLorean tiene una historia tan corta e intensa como hollywoodense. Y no me refiero a sus apariciones en la gran pantalla. El DMC-12, DeLorean Motor Company, y su fundador, John DeLorean fueron protagonistas de lo que perfectamente podría formar parte de un guión cinematográfico.
En 1976 aparecía el primer DMC-12 diseñado por William T. Collins, y con una mecánica PRV (Peugeot-Renault-Volvo), V6 2.8 de 130 CV a 5.500 rpm y un par de 208 Nm a 2.750 rpm. William Collins, ingeniero y diseñador de DMC, junto al fundador de la compañía, John DeLorean fueron los padres del proyecto, y en sus planes estaba contemplado un chasis fabricado con una tecnología llamada Elastic Reservoir Moulding (ERM), pero los costos de producción, pese a que DMC tenía la patente, eran muy elevados. Se terminó fabricando con una carrocería realizada en acero inoxidable. Sí, leyeron bien, se hacían de ese material.
Pero previo a comenzar a fabricar el DMC-12, DeLorean precisaba una planta. En 1978 en Dunmurry, Irlanda del Norte, a unos pocos kilómetros del centro de Belfast, se inauguraba la misma, aunque la producción del modelo se demoraría un año más en un principio. Problemas nuevamente económicos de la empresa, sumados a problemas de ingeniería del producto pospusieron la fabricación dos años más.
Ya en el año 82, DMC estaba en plena producción del DeLorean, ese deportivo con puertas tipo alas de gaviota y un origen mixto, con su fundador e ingenieros norteamericanos, mecánica francesa y producción irlandesa, con una mano de obra poco experimentada en el ambiente automotriz, la mayoría eran católicos y protestantes de Belfast desempleados, aunque tenían una muy buena paga para una época dura de Irlanda del Norte.
Pero la fantasía duró poco. DeLorean Motor Company se declaró en quiebra a finales de 1982 y a esto le siguió el arresto de John DeLorean en octubre de ese año por cargos de tráfico de drogas, por 24 millones en cocaína que supuestamente tenía en su poder. Más tarde descubrieron que todo había sido una trampa, y DeLorean era inocente, pero el daño ya estaba hecho, y el sueño del deportivo se fue desgranando lentamente. Entre enero de 1981 y diciembre de 1982 se fabricaron un total de 9.200 unidades. El último DMC-12 fue ensamblado el 24 de diciembre del 82.
Los más de 2.500 trabajadores fueron despedidos, aproximadamente 100 unidades del DMC-12 quedaron a medio fabricar y tuvieron que ser entregadas bajo la producción de otra empresa. La versión que entregó el Gobierno británico fue que DeLorean Motor Company fue deliberadamente cerrada por motivos políticos, aunque es sabido que, como consecuencia del buen nivel de ventas obtenido, las empresas británicas habían comenzado una campaña contra DMC, ayudados por el Gobierno, imponiendo un elevado impuesto exclusivo para la empresa, con el único fin de proteger la industria automovilística inglesa.
Las piezas sobrantes de aquellos DMC-12 que no fueron producidos, fueron enviadas a Columbus (Ohio, Estados Unidos) entre 1983 y 1984, a una compañía llamada KAPAC que le vendió estas piezas a los clientes al por menor y al por mayor mediante pedidos por correo. Y si acá consideran que esto es un entrevero industrial, no leyeron nada todavía.
En 1997 la DeLorean Motor Company resurgió gracias a la inyección de capital del empresario estadounidense Stephen Wynne, y se instaló con ella en Texas, Estados Unidos, con el único fin de restaurar DMC-12. Esta nueva DMC adquirió parte del inventario que había quedado en Irlanda del Norte y con eso iban realizando las restauraciones. John DeLorean falleció en el año 2005, como consecuencia de una apoplejía, y en ese momento también salía a la luz que mientras volaba desde Los Ángeles tras ser detenido por el FBI, un banco inversor lo estaba tratando de localizar para hacerle llegar un préstamo de 200 millones de dólares con los que podría haber reflotado la empresa. ¿Ven que es muy cinematográfica la historia?
Finalmente, en 2008 el DeLorean DMC-12 volvió a ser fabricado en pequeñas series, y a un precio de 57.500 dólares. Para que se hagan una idea, el original valía cerca de 25 mil, pero en su momento no tenía el halo de objeto de culto que hoy goza. Ah, y además es uno de los protagonistas de la genial saga "Volver al Futuro", como posiblemente ya sabías antes de leer esta nota.