Modelos con historia: Renault 5 Turbo

lunes, 24 de febrero de 2014



Durante seis años, Renault tuvo uno de los hot-hatchbacks más radicales de todos los tiempos, el R5 Turbo.
Los años 80 fueron geniales. En aquellos días varios fabricantes encontraban como novedad ponerle turbo a todo, y le sacaban el máximo potencial a productos que, por ejemplo, nacieron con una concepción sencillamente utilitaria. Uno de ellos fue el Renault 5 Turbo, que hoy conocemos a fondo.


El Proyecto 822 de Renault, vio la luz en el Salón de Bruselas de 1980 como 5 Turbo y no era solo una variante potenciada del clásico citycar francés. No, esto era otra cosa. El R5 Turbo, como se lo conoce en la jerga petrolhead es un vehículo que casi nada tiene que ver con aquel.

Se creó desde cero como un hatchback de segmento B con motor central y tracción posterior, algo que a la postre llevara a ensanchar la vía trasera notoriamente, 60 cm para ser exacto. Para mejorar la relación peso-potencia el techo, puertas, capó y pontones laterales, fueron fabricados en fibra de vidrio.


El responsable de esta modificación intensiva sobre las lineas del clásico R5 corrieron por cuenta del diseñador italiano Marcello Gandini padre del Lamborghini Diablo, por ejemplo, aunque por aquel entonces trabajaba para el carrocero Bertone. El resultado es controversial para muchos, y otros simplemente lo adoramos.

La intención de Renault con el R5 Turbo era muy sencilla: vencer al Lancia Stratos HF -ya le dedicaremos una nota a este modelo también- en el Rally Mundial, y usarlo como plataforma de ventas para darle un halo deportivo a su modelo más accesible. 


Es por ello que se fabricaron en principio 400 unidades de calle del Turbo para poder homologarlo según la normativa de la FIA de entonces, cumpliendo con las exigencias del Grupo 4 del Rally Mundial, que posteriormente sería el Grupo B. Estos vehículos fueron fabricados por Alpine, en su planta de Dieppe, en Francia, al igual que el resto de los R5 Turbo.

Disponía de un motor central de 1.397 cc de cilindrada, que desarrollaba una potencia de 160 cv, y un  par máximo de 221 Nm. El turbo era un Garret T3 y la inyección mecánica corría por cuenta de Bosch. Iba asociado a una caja de cambios de cinco relaciones manuales, este petit bólido alcanzaba una velocidad final de 218 km/h y una aceleración de 0 a 100 en 7,7 segundos. 


Todo esto en un conjunto que no superaba los 970 kg en orden de marcha y con tracción posterior. No por nada se recuerda al R5 Turbo como uno de los hot-hatchbacks más radicales e incontrolables de la historia.

En el año 83, apareció la primera evolución, denominada R5 Turbo 2, que básicamente cambiaba la carrocería de aluminio del primer modelo, por una de acero que lo hacía más pesado (30 kg extra). De todas formas, la real razón para esta versión, era homologar 200 unidades para el nuevo Grupo 4, es decir, el Grupo B. Fue por ello que el R5 Turbo 2 fue más barato de construir que el denominado a partir de ese entonces "Turbo 1" al referirse al original.


Con la abolición del Grupo B en el año 86, la vida del R5 Turbo también llegaba a su final, pero como buenos franceses, lo hicieron por todo lo alto. Un año antes habían presentado a la evolución más radical del R5 Turbo, denominada Maxi, que ofrecía la ridícula cifra de 350 cv de potencia, gracias a un motor de 1.597 cc, turbo Garret T3/T4 e intercooler, y que era llevado magistralmente por verdaderos maestros del volante en el rally, como ser Sainz, Auriol, Ragnotti o Saby.

También algunos menos fanáticos del rally, pero sí del cine, recuerden al Renault 5 Turbo que protagonizó la persecución más larga de la película "Nunca digas nunca, jamás" de James Bond en el año 1983 (ver video), en donde era conducido por la femme fatale, Fátima Blush.

Se fabricaron hasta 1986, entre unidades de competición y calle, unos 4.861 Renault 5 Turbo, repartidos entre 1.678 Turbo 1 y 3.183 Turbo 2.

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